OCHO DECADAS DE FIGURACION Y NEO FIGURACION EN LA PINTURA CUBANA
Ocho décadas de Figuración y Neo figuración cubana, curada por Dennys Matos, plantea un repaso por más de ocho décadas de obras figurativas y neo-figurativas cubanas a través de una selección de pinturas y esculturas emblemáticas de 18 artistas de diversas generaciones.
La selección abarca, desde finales de la década de 1940 del siglo XX, hasta la actualidad del siglo XXI. Aquí están las primeras vanguardias como, por ejemplo, Wifredo Lam, Amelia Peláez, Mario Carreño y Rita Longa, cuyas poéticas figurativas fueron representando el discurso del estado nacional cubano y su identidad cultural, marcada por la complejidad postcolonial. El paisaje rural o urbano, la flora y la fauna son representaciones que combinan los elementos cultos y populares como parte del proyecto moderno de desarrollo sociocultural.
La revolución en 1959 supuso una ruptura radical con ciertos valores de las tradiciones culturales anteriores y complejizó estos discursos. La neo figuración, como poética pictórica dominante, se abre paso en las propuestas de las nuevas generaciones que van a redefinir la percepción del ser nacional y la identidad cultural, mediada por la ideología de la política cultural revolucionaria. En esta etapa de los años 1960 emergen obras de, por ejemplo, Antonia Eiriz, Zilia Sánchez y Servando Cabrera. Más adelante, a finales de los años 1970 destacan artistas como, entre otros, Mendive y Fabelo, haciéndose eco de un imaginario cuyos códigos visuales combinan, tanto la herencia occidental como la africana en la identidad cultural cubana. Pero temáticamente, a diferencia de la primeras vanguardias, mantienen distancia crítica sobre estas fuentes y herencias.
En los años 1980 hay un renacimiento de las artes visuales, donde coinciden con intensidad creativa generaciones anteriores con las más jóvenes, creando una rica constelación de pintura neofigurativa como son los casos de, por ejemplo, Humberto Castro, o Zaida del Rio. El cuerpo, como fuente de expresión desbordante del deseo, comienza a tener un protagonismo en la simbología pictórica, respondiendo a la homogeneización de la cultura de masa y la represión política social.
La caída del Muro de Berlín en 1989, implica el fracaso de la utopía revolucionaria y el arte de estos años se hace más paródico y, sobre todo, más cínico. La poética neo figurativa incorpora elementos narrativos del cine y la televisión, expandiendo el campo de la pintura como sucede en las obras de César Santos, pero también esta expansión se produce en el campo de la escultura con la obra de The Merger.
Alpízar y las obras de Belkis Ayón parodian los enunciados de la política cultural de la revolución. Una política cultural que había sesgado la historia en beneficio de lograr un control total del individuo y la sociedad bajo el manto espeso de la dictadura.
Artistas: Wifredo Lam, Amelia Peláez, Mariano Rodríguez, Mario Carreño, René Portocarrero, Servando Cabrera, Antonia Eiríz, Zilia Sánchez, Zaida del Rio, Rita Longa, César Santos, Rubén Alpízar, Humberto Castro, Raiman Rodríguez, Belkin Ayón, The Merger, Roberto Fabelo y Manuel Mendive.