Lípidos, un debate entre buenos y malos
La industria alimentaria les ha dado mala fama a través de productos bajos en grasa, 0%, light y para colmo, siempre están rodeados de un halo saludable (y tramposo). Pero los lípidos, más conocidos como grasas, son necesarios para nuestra supervivencia. Eso sí, no pienses que comerte el tocino del cocido es un asunto de vida o muerte.
«Las grasas son una fuente importante de energía, ayudan al organismo a absorber algunas vitaminas y minerales, a construir las membranas celulares y las vainas que rodean los nervios. Son esenciales para la coagulación de la sangre, el movimiento muscular y la inflamación». Pero el secreto de su aprovechamiento es saber distinguir entre las buenas y las malas. Desde la institución académica americana cuentan que las buenas son las monoinsaturadas y las poliinsaturadas, y que las malas incluyen las grasas trans, de fabricación industrial, y las saturadas, que ocupan un lugar intermedio.
Dentro de las grasas poliinsaturadas, los famosos ácidos grasos omega-3 y omega-6 son de vital importancia. «Sus precursores, los ácidos alfalinolénico y linoleico se consideran ácidos grasos esenciales porque el organismo los requiere para su normal funcionamiento y no se pueden sintetizar endógenamente. Estos solo se pueden adquirir a través de la alimentación». Al ser esenciales, los necesitamos para sobrevivir. ¿Dónde encontrarlos? Marhuenda lo aclara: «en el pescado azul, el aceite de oliva virgen extra, el aguacate o los frutos secos».